4.1.3 ANÁLISIS DE LAS IMPLICACIONES PERSONALES Y SOCIALES DE LAS INFECCIONES DE TRANSMISIÓN SEXUAL CAUSADAS POR EL VPH Y EL VIH, Y LA IMPORTANCIA DE LA PREVISIÓN COMO PARTE DE LA SALUD SEXUAL.


El concepto de salud sexual es amplio, y no sólo se refiere a la ausencia de enfermedades y dolencias sino a un estado de completo bienestar físico y emocional.
Muchas personas que tienen vida sexual activa y no se protegen pueden adquirir una infección de transmisión sexual (ITS), y no saber que la han contraído, lo que tiene como consecuencia que contagien a sus nuevas parejas y la infección se propague y se afecte a más gente.
La mejor manera de prevenir las ITS y los embarazos no deseados, si decides tener relaciones sexuales, es empleando los métodos de sexo seguro y sexo protegido.
Sexo seguro: Consiste en compartir caricias de todo tipo, evitando el intercambio de fluidos corporales.
Sexo protegido: Se usan preservativos. El preservativo o condón es uno de los métodos con mayor eficacia utilizados para evitar el embarazo y la transmisión de ITS, así como el virus del papiloma humano y el VIH-sida.
 Las ITS han proliferado enormemente porque tienen tres aliados poderosos: la ignorancia, la vergüenza y el miedo. En este punto abordaremos las dos ITS que más preocupan en la actualidad, ambas causadas y transmitidas por virus: el papiloma humano y el VIH-sida.
En la actualidad ya existe vacuna para el virus del papiloma humano (VPH) que debe aplicarse preferentemente antes del inicio de la vida sexual. No se desarrolla sólo en la mujer, afecta también a los hombres por lo que la prevención y los cuidados deben dirigirse a ambos sexos.
El contacto sexual representa para el virus del papiloma humano una oportunidad excepcional de contaminar a otro huésped, y aunque en la mayor parte de esos casos el contagio se produce a través de los órganos genitales, hay casos en que también pueden transmitirse por medio de las mucosas de otros órganos (como la boca, el ano y el recto), e incluso por la piel si existe alguna lesión.
En 2001, la Organización Mundial de la Salud (OMS) calculó que alrededor de 630 millones de personas en todo el mundo (entre 9% y 13%) estaban infectadas con el VPH. Para el año 2012, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) registró 14.1 millones de nuevos casos; aproximadamente hay 6 000 muertes por este padecimiento en México, es decir, 12 mujeres mueren diariamente por cáncer cérvico uterino en nuestro país.
La mayor parte de las personas portadoras de VPH nunca lo sabrán, pues generalmente la infección no causa ningún síntoma, a no ser que provoque verrugas genitales. La falta de síntomas lleva a que muchas personas puedan contagiarse sin conciencia de ello.
No hay que perder de vista que en 98% de las mujeres que padecen cáncer de cuello del útero se ha encontrado una infección persistente de VPH, por lo que es importante que las mujeres se realicen periódicamente exámenes de detección, como la prueba de Papanicolaou, que de acuerdo con el programa PrevenIMSS debe hacerse a partir de los 25 años y en mujeres con vida sexual activa al menos una vez al año.
El virus de inmunodeficiencia humana (VIH) destruye ciertas células del sistema inmune. Este virus puede penetrar al cuerpo también vía transfusiones de sangre contaminada, por el uso de agujas sin esterilizar o por algún objeto punzocortante, y por el trasplante de órganos o tejidos. También puede ser transmitido por una madre infectada a su hijo durante el parto o a través de la leche materna. Otras secreciones como la saliva, las lágrimas y el sudor no conllevan riesgo, pues no contienen suficientes virus activos como para permitir la contaminación, y la piel es una barrera infranqueable.
Es preciso aclarar que no es lo mismo ser seropositivo que padecer sida. Ser seropositivo significa que en una persona se han encontrado anticuerpos específicos al VIH y por tanto es portadora del virus. Sólo cuando éste destruye las defensas inmunitarias, y la persona comienza a sufrir diversas enfermedades oportunistas, se considera que padece sida. Así, un enfermo de sida tiene forzosamente el VIH, pero no todas las personas con VIH han desarrollado sida. El objetivo de los tratamientos actuales es controlar las enfermedades de quienes ya desarrollaron el sida, pero también impedir que la infección por VIH progrese. Una persona infectada puede gozar de buena salud durante muchos años y ser siendo productiva.
No es posible saber a simple vista si una persona es seropositiva, por lo que si se ha tenido alguna actividad de riesgo, como tener relaciones sexuales sin protección o utilizar jeringas usadas, es necesario realizarse una prueba de diagnóstico.
El VIH-sida es una pandemia que se ha convertido en una emergencia global pues amenaza la seguridad y el desarrollo de todos los países, no sólo de los más afectados. México se clasifica como un país con una epidemia de VIH-sida concentrada, debido a que la infección se ha difundido rápidamente en algunos grupos de la población, aunque no se haya establecido en la población en general.
Desafortunadamente, para el VIH-sida aún no hay cura por lo que el mejor camino para no contagiarse es la prevención.


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