4.1.1.3 ESPACIOS FORESTALES


De los bosques y las selvas se utilizan productos maderables para la industria de la construcción y de muebles, así como combustibles para producir leña y carbón y, sobre todo, como pulpa para elaborar papel. También de ellos provienen productos no maderables, como alimentos, resinas, corcho, caucho, fibras y medicinas, entre otros. La actividad que permite el acceso a los productos del bosque y de la selva de be considerar no sólo su explotación, sino su conservación y regeneración, que en los últimos años ha sido una de las mayores preocupaciones en el mundo.
Existen dos grandes áreas de explotación forestal en el planeta: la primera corresponde a las zonas de selva y bosque tropical localizadas entre los trópicos de Cáncer y Capricornio, de donde se extrae madera como la caoba, el cedro, el ébano y la ceiba, entre otras, que son utilizadas principalmente en la fabricación de muebles.
La segunda se ubica entre las zonas templadas y frías con presencia de extensos bosques de coníferas, como pinos y abetos; estas maderas aportan 35% de la producción mundial y la pulpa se destina a la elaboración de papel. Los países con considerables recursos forestales son Rusia, Brasil, Canadá y Estados Unidos de América.
La explotación forestal en México es poco significativa debido a que la riqueza que una vez tuvo se redujo por la tala inmoderada, por la quema de bosques y selvas y por la falta de técnicas de renovación de este recurso.
Las entidades con mayor existencia de bosques son Durango, Chihuahua, Jalisco, Michoacán, Guerrero y Oaxaca; y en lo referente a selvas, los mayores recursos se distribuyen en Chiapas, Oaxaca, Quintana Roo y Campeche. En México es vital fomentar una cultura de la conservación, tanto para su cuidado como para su explotación.
Pese a la reducción de los espacios forestales, se debe considerar que éstos son los recursos más importantes de México, no sólo en lo productivo, sino por la biodiversidad de su territorio, pues, como consecuencia de la variedad de climas en México, hay selvas, bosques, matorrales y otras asociaciones vegetales que, bien cuidadas y conservadas, permiten contar no sólo con los recursos maderables y no maderables adecuados y suficientes, sino favorecer la salud del clima de nuestro país y contribuir con la del mundo.
La correcta explotación y conservación de los recursos forestales se traduce en una mejor economía, en el mediano y largo plazo, para los habitantes de esos lugares. Afortunadamente los recursos forestales son renovables, por lo que pueden incrementarse con los métodos adecuados de conservación y rehabilitación.

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