4.1.1 VALORACIÓN DE LA IMPORTANCIA DE LA SEXUALIDAD COMO CONSTRUCCIÓN CULTURAL Y SUS POTENCIALIDADES EN LAS DISTINTAS ETAPAS DEL DESARROLLO HUMANO

La sexualidad es una característica común de los seres vivos que se reproducen en forma sexual, es decir, que para reproducirse intercambian gametos. En términos biológicos implica la presencia anatómica de los órganos reproductores de un sexo u otro y la conducta de los organismos para la reproducción.

Por sus particulares capacidades y atributos, la sexualidad en nuestra especie tiene, además, otros significados. Constituye todo el conjunto de comportamientos que conciernen la satisfacción de la necesidad y el deseo sexual e incluye, indudablemente, factores biológicos, pero, además, culturales, sociales, psicológicos y emocionales.

La sexualidad humana está conformada por cuatro potencialidades que se manifiestan en diferente forma en cada individuo: género, vínculos afectivos, erotismo y reproductividad. Estos componentes se desarrollan a lo largo de la vida del individuo.

Todos los factores que hacen posible la producción de descendientes se relacionan con la reproductividad. Desde el punto de vista biológico gracias a ésta es que continúa la vida de nuestra especie sobre el planeta.

El género se refiere a la identificación social y cultural que cada persona tiene en función de su sexo masculino o femenino. Las conductas reflejan esta identificación, además de las características sexuales y el papel que cada sexo desempeña en la sociedad.

Ser hombre o mujer desde el punto de vista biológico se refiere estrictamente a las características físicas que los distinguen, y es a lo que llamamos “sexo”. Pero el concepto de género se construye en una sociedad que asigna a las personas atributos psicológicos, sociales y culturales. El género tiene que ver con el grado de identificación que se tiene con las normas sociales y culturales que se han asignado tanto a la masculinidad como a la feminidad.

Ninguna consideración sobre la sexualidad puede estar completa sin incluir el plano afectivo entre los seres humanos. Todos, a lo largo de la vida, tenemos necesidades afectivas que es importante cubrir.

El afecto es la capacidad que cada individuo tiene de sentir emociones hacia los otros, estableciendo un vínculo afectivo. Es un sentimiento que se construye en la mente y se manifiesta cuando estamos con otras personas.

El erotismo, está representado por la experiencia de placer sexual.  Durante una experiencia erótica las sensaciones de placer pueden ser variadas, además implican cambios en el funcionamiento de los órganos, por ejemplo, aumento en el ritmo cardiaco, mayor sudoración y enrojecimiento de la piel, la erección de órganos sexuales, entre otros. Experimentar placer sexual es natural, es una experiencia tanto personal como compartida.

El erotismo es un componente exclusivamente humano. Todas las personas responden de manera particular a los estímulos que llevan a experiencias sexuales placenteras.

En la adolescencia es natural sentir la necesidad de autosatisfacerse realizándose caricias y estimulando, sobre todo, la zona de los genitales, lo que se conoce como masturbación.

Tanto hombres como mujeres experimentan sueños eróticos o se tocan, de manera consciente o inconsciente, partes de su cuerpo para sentir placer. Durante la adolescencia, los cambios hormonales característicos producen un despertar intenso hacia el deseo sexual. La forma en la que una persona mira o habla a otra por la que se siente atraído, y estar consciente de que la otra persona le agrada es otra forma de expresión del erotismo.

Cada uno de nosotros tiene la posibilidad de decidir de manera libre de manera libre la mejor forma de ejercer y expresar nuestra sexualidad, entre ellas la de vestir, de manifestar los sentimientos, de elegir una pareja o a través de otras experiencias que pueden ser muy diversas, como los contactos sexuales. Es sana cualquier práctica sexual que se realice con total consentimiento, no produzca daño y resulte agradable y placentera.

Ejercer una sexualidad de manera satisfactoria y segura, libre de miedos, culpas, falsas creencias, coerción, discriminación y violencia es responsabilidad propia.

Cuando los individuos no ejercen de manera satisfactoria su sexualidad pueden manifestar ansiedad, depresión, insatisfacción, frustración o violencia. Por ello, es importante estudiar la sexualidad y tener claro el concepto de salud sexual, el cual comprende el adecuado funcionamiento de los aparatos reproductores, así como las repercusiones del ejercicio de la sexualidad en las emociones, el afecto y el desarrollo social de los individuos. Una plena salud sexual se alcanza cuando los cuatro componentes principales (género, vínculos afectivos, erotismo y reproductividad) se expresan en armonía.

Sea cual sea el género con el que nos identifiquemos, debemos ser respetados y nuestros derechos reconocidos. La igualdad de oportunidades es la base de la equidad de género, y su importancia está en lograr una sociedad sin discriminación. As leyes de nuestro país señalan que todos somos iguales y tenemos los mismos derechos y obligaciones, sin embargo, en la práctica esto muchas veces no se cumple.

Todas las personas deben tener, sin importar su género, las mismas oportunidades para desarrollar su potencial: igualdad en el acceso a los servicios de salud y educación, a la vivienda, al desarrollo profesional, al empleo bien remunerado y el derecho a una vida plena, digna y sin violencia.

Los seres humanos tenemos reproducción sexual y al igual que en otros animales la fecundación o fertilización es interna. Para que haya reproducción se requiere del encuentro entre los dos sexos, hombre y mujer.

Cuando el aparato reproductivo madura comienza a ser completamente funcional, lo que ocurre entre los 10 y 15 años de edad aproximadamente. Este periodo se conoce como pubertad.

Cada sexo tiene ciertas características particulares desde su nacimiento, a los que se les llama caracteres sexuales primarios, y consisten en los órganos de los aparatos sexuales.

El ser humano, como especie, tiene entre sus funciones vitales la de la reproducción; el cuerpo se va desarrollando durante los primeros años de vida para estar preparado para cumplir con esta función. Normal se alcanza durante la pubertad.

Al llegar a esa etapa se comienzan a secretar hormonas que producen los caracteres sexuales secundarios; en el caso de las mujeres las hormonas producen el crecimiento el crecimiento de los senos, el crecimiento del vello púbico y axilar, el ensanchamiento de las caderas y además aparece el ciclo menstrual.

El ciclo menstrual empieza alrededor de los 12 años en promedio, y continua aproximadamente hasta los 50.

Durante el ciclo, un óvulo madura y es liberado por uno de los ovarios; durante la ovulación el útero se prepara para un posible embarazo. Cada ciclo menstrual dura aproximadamente 28 días y consiste de cuatro diferentes fases: primero el interior del útero se recubre de una capa mucosa llamada endometrio, entonces el ovario libera un óvulo que viaja a través de una de las trompas de Falopio hacia el útero. Si no hay fecundación ocurre la pérdida del óvulo y el desprendimiento del endometrio, que fluye a través de la vagina mediante el sangrado menstrual. Esta última fase llamada menstruación, o regla, marca el final de un ciclo y el comienzo de otro y dura aproximadamente 5 días.

La ovulación usualmente ocurre hacia mitad del ciclo. Éste es el momento en el cual si un espermatozoide alcanza al óvulo se puede dar la fertilización, y el ciclo menstrual se interrumpe por el embarazo.

En caso de los hombres la secreción de hormonas también define los caracteres sexuales secundarios: desarrollo de vello en cara y cuerpo, crecimiento de la laringe que disminuye el tono de voz y la hace más grave, el ensanchamiento de tórax y hay un desarrollo mayor de masa muscular. También aumenta la secreción de grasa que se manifiesta en forma de acné y produce el olor característico que transpira el cuerpo de los adolescentes, por lo que se tienen que mejorar sus hábitos de higiene. Una vez que el cuerpo se ajusta a los niveles hormonales, los problemas de la piel disminuyen hasta casi desaparecer.

Las hormonas masculinas también permiten la formación de espermatozoides en el aparato reproductor masculino. Los testículos del hombre son dos estructuras de forma oval dentro de un saco externo llamado escroto. En muchos animales, los testículos están dentro del cuerpo, pero en los humanos y en algunos otros mamíferos la producción de espermatozoides requiere de una temperatura ligeramente menor que la del resto del cuerpo y por eso los testículos están afuera.

Los espermatozoides son producidos en los testículos y transportados por los túbulos o conductos deferentes hacia la uretra. Durante su camino se unen con una serie de fluidos. Cada espermatozoide tiene un flagelo y una cabeza.

La combinación de espermatozoides y fluidos se llama semen o esperma y es eyaculado a través del pene erecto. En una sola emisión de semen un hombre suele expulsar centenares de millones de espermatozoides. Sin embargo, durante el coito sólo unos cientos llegan al óvulo cuando éste se encuentra en la parte superior de la trompa de Falopio y sólo uno lo penetrará. Así se lleva a cabo la fecundación. Si el óvulo no es fecundado, ocurrirá la menstruación.

El coito es una de la relación sexual, y se refiere a la cópula, es decir, la penetración del pene en la vagina. El semen es comúnmente eyaculado dentro de la vagina, lo que puede conducir a que, si la mujer está ovulando, se produzca la fecundación, o sea la fusión del óvulo con un espermatozoide para producir un nuevo ser humano.

A diferencia de otros animales, los humanos podemos planificar la función reproductiva a voluntad, y por esto hoy se habla de reproductividad, que considera la posibilidad y e derecho de procrear cuando cada quien lo desee y decida conscientemente; además de los sentimientos de maternidad y paternidad, los procesos psico-afectivos que se desarrollan al ser padre o madre, y las actitudes favorecedoras del desarrollo y formación educativa de otros seres humanos.

Uno de los principales riesgos del ejercicio no responsable de la sexualidad es el de contraer infecciones que se transmiten por contacto sexual. Es importante estar bien informado de cómo se propagan, cuáles son sus síntomas y la forma de evitar su contagio.