LA INVESTIGACIÓN ACERCA DE LOS TRATAMIENTOS DE ALGUNAS ENFERMEDADES RESPIRATORIAS SE ACTUALIZA DE MANERA PERMANENTE

El propósito de la investigación médica es comprender las causas, la evolución y el efecto de las enfermedades y mejorar las acciones preventivas, los diagnósticos y las acciones curativas para que sean más seguras, eficaces y efectivas. Todos los adelantos científicos y tecnológicos para el tratamiento de las enfermedades respiratorias, o de cualquier otro tipo de padecimientos, han evolucionado a lo largo de la historia gracias a la investigación científica, y seguirán evolucionando en el futuro pues ésta es permanente.
Veamos, sólo como ejemplo, la evolución en el tratamiento de la influenza, quizá la enfermedad respiratoria infecciosa más común y que ha afectado a la humanidad desde tiempos muy antiguos.
Como vimos, antes de la invención del microscopio y del descubrimiento de los microorganismos se luchaba a ciegas, no se conocía la causa de este padecimiento respiratorio. Entre 1500 y 1700 el tratamiento más común para algunos síntomas era el aislamiento, el descanso, evitar corrientes de aire, abrigarse en exceso y provocar el sangrado para bajar la fiebre. Este último, muchas veces debilitaba tanto al paciente que, incapaz de combatir la enfermedad, moría.
Hacia fines del siglo XIX, gracias a los avances en ciencia y tecnología, que se sumaron al del microscopio, se supo que la enfermedad no era causada por bacterias sino por cierto tipo de virus.
Como parte de los experimentos para combatir la infección se desarrollaron sueros a partir de muestras sanguíneas tomadas a pacientes con influenza y se probaron en personas sanas, pero no fue sino hasta 1930 cuando se identificó un virus específico como la causa de influenza y se inició la búsqueda de una vacuna. En esa misma época se supo que las infecciones bacterianas acompañaban casi siempre a la influenza y que eran la principal causa de las molestias. Con frecuencia las infecciones (por bacterias oportunistas) se complicaban causando neumonía que provocaba la muerte de muchos enfermos. Entonces fue necesario desarrollar los antibióticos y antipiréticos (sustancias para bajar la fiebre) y empezó a ser combatida la enfermedad. El descubrimiento del virus causal y de cómo se transmitía el contagio facilitó el desarrollo de medidas de prevención, entre las que están las reglas de higiene.
El desarrollo de las radiografías permitió observar el estado de los pulmones y determinar el tipo de medicación y las medidas terapéuticas. Desde mediados del siglo pasado los progresos han sido muy rápidos.
Pero los desafíos siguen y la investigación avanza. Se buscan vacunas y medicamentos que no tengan efectos adversos, en especial las malformaciones fetales. Cada temporada los virus que circulan en el ambiente varían y hay que desarrollar en poco tiempo una vacuna apropiada. Las bacterias oportunistas también se modifican con rapidez y han desarrollado resistencias a muchos antibióticos. Continuamente se requiere producir nuevos medicamentos más específicos y eficaces y cuyas dosis sean las adecuadas para evitar que los microorganismos evolucionen creando resistencia a las nuevas sustancias.
Como has podido darte cuenta, en pocos siglos la prevención, el diagnóstico y el tratamiento han cambiado mucho gracias a la investigación. Y así seguirá constantemente evolucionando.

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