PROYECCIÓN DE ESCENARIOS AMBIENTALES DESEABLES

Hemos visto cómo las actividades humanas afectan la atmósfera y, debido a esto, el clima en el planeta está presentando variaciones. Es indudable que el ser humano debe satisfacer las necesidades de una población que sigue creciendo, pero es evidente que debemos cambiar nuestra conducta de producción y de consumo hacia la sustentabilidad para mejorar las del planeta, y de todas las especies que vivimos en él.
En los últimos años ha aumentado la conciencia sobre esta necesidad y existe preocupación real por fomentar el cuidado de la naturaleza y sus recursos para el beneficio de las generaciones presentes y las que están por venir.
Es imprescindible enfrentar los factores que son causa de los conflictos ambientales y comenzar a tomar acciones ambientales curativas y preventivas, para poder así poder visualizar los escenarios ambientales que todos deseamos.
Los conceptos de producción limpia (que preserva el medio ambiente) y de consumo sustentable destacan en las nuevas propuestas de los sectores preocupados por el cambio climático, y se han promovido varias medidas en algunos países del mundo que incluyen tanto a los sectores estatales como a los privados y a los individuos. Sin embargo, la voluntad política es insuficiente para favorecer que las regulaciones ambientales se apliquen con todo su peso a nivel mundial, y los problemas ambientales se han agudizado en vez de resolverse.
Si bien hay cosas que escapan de nuestras manos, no podemos negar que cada uno de nosotros es un factor en la búsqueda de soluciones a la grave situación en la que nos encontramos. Lo primero que debemos preguntarnos es: ¿cómo deseo que sea mi localidad, mi región, mi país, mi planeta en el futuro? ¿Cuáles son los escenarios ambientales deseables? Y después, plantearnos qué podemos hacer para llegar a ellos.
Una parte importante de la ciencia y la tecnología está en la búsqueda de estos escenarios, y nosotros también podemos ayudar con nuestras acciones para caminar hacia ellos. Es claro que la solución no será milagrosa, y que no se basará en una sola acción sino en muchas organizadas de manera coordinada. Así, un escenario deseable no es un escenario ideal, sino realista. Parte del conocimiento es saber cómo aprovechar la tecnología y la ciencia disponibles; en qué situación estamos; qué bienes necesitamos realmente; cómo debemos producirlos, distribuirlos y consumirlos; cuáles serán los costos ecológicos de estos procesos y si el planeta (o un ecosistema en particular) puede soportarlo sin desequilibrarse a mediano y largo plazos.

ACCIONES PARA DISMINUIR EL CAMBIO CLIMÁTICO


Para aminorar los efectos del cambio climático, el 11 de diciembre de 1997 varios países conformaron el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPcc, por sus siglas en inglés); los países industrializados se comprometieron a reducir en 20% sus emisiones de dióxido de carbono antes del año 2020.
En este momento no sólo basta con conocer la problemática, también debemos contribuir socialmente y como individuos a mitigar las causas y consecuencias del cambio climático con acciones como:
1.       Recurrir a energías renovables cuando sea posible, como sustituir el uso de combustibles fósiles (petróleo) por otras fuentes de energía, pues hoy 85% del consumo a nivel mundial proviene de ese recurso. Las alternativas son aprovechar el viento, las mareas, las corrientes marinas, el Sol (en algunos hogares se podrían utilizar estufas y calentadores de agua solares), y los biocombustibles.
2.       El uso de energía nuclear es otra opción posible, es limpia y eficiente, pero existe un importante sector de la población que se opone a ella por el peligro que implica el manejo de sustancias radioactivas (uso y desecho) y la posibilidad de fugas, como sucedió en el desastre de Chernobil en 1986, en Ucrania, y en Fukushima, en Japón, durante el terremoto y tsunami de 2011.
3.       Adoptar cambios en nuestra forma de vida orientados a disminuir el consumo de energía. Entre estos cambios están utilizar lo menos posible vehículos motorizados, en su lugar caminar o andar en bicicleta (lo que además ayuda a nuestra salud).
4.       Ahorrar energía eléctrica en el hogar, escuela o centro de trabajo; esto incluye el cambio de los focos tradicionales por los ahorradores.
5.       Apagar las luces que no se requieran, dirigir la luz exterior hacia abajo y no hacia el cielo.
6.       Limpiar las bombillas y apagar aquellos aparatos eléctricos que no se estén utilizando o, mejor aún, desconectarlos, pues los pequeños focos que quedan encendidos generan un gasto de energía.
7.       Utilizar solamente el agua caliente indispensable para no encender el calentador más tiempo del requerido, y reducir el tiempo de tu baño diario para que no se desperdicie el agua, pues llevarla a nuestros hogares requiere también de un gran gasto energético.
8.       Evitar desperdiciar alimentos es una práctica que debe convertirse en un hábito; también se pueden adquirir alimentos locales y frescos, para disminuir la necesidad de transporte.
9.       Usar envases reciclables biodegradables.
10.   Disminuir el consumo de carne de rumiantes e incluir en la dieta más pescado, pollo, conejo y leguminosas.
11.   En cuanto a la ropa, debemos tener en consideración que la producción de prendas de fibras naturales, como el algodón, produce menos emisiones al aire que la fabricación de fibras sintéticas, que requieren petróleo para su producción.
12.   Cuestionarnos si realmente necesitamos cambiar nuestros aparatos electrodomésticos y electrónicos o vehículos por otros más nuevos, o si sólo es un deseo estimulado por las campañas publicitarias que venden la idea del prestigio social.
13.   Aprovechar los desarrollos en ciencia y la tecnología como: reemplazar los motores de combustión interna por motores eléctricos que no emiten gases (considera que la generación de energía eléctrica en las plantas termoeléctricas es muy contaminante).
14.   Se han desarrollado también motores que funcionan con alcohol, que emiten menos gases de efecto invernadero, y también con base en hidrógeno, que sólo desechan agua. Algunos mecanismos para disminuir las emisiones que produce la combustión de gasolina, como el convertidor catalítico, los reactores térmicos de múltiple salida y los filtros, son ya tecnologías que están en uso. Se han desarrollado también gasolinas menos contaminantes, con una combustión más completa y eficiente.
15.   Regular nuestro consumo en todos los rubros, reutilizar y reciclar.
16.   Aumentar las áreas verdes, sobre todo en las grandes ciudades, es una estrategia que favorece la calidad del ambiente.
17.   Hacer pequeños jardines, tener plantas y árboles en casa, cuidar las áreas verdes públicas y participar en campañas de reforestación.
En suma, debemos tener cuidado en cómo consumimos bienes y servicios (figura 29), ya que implican gasto energético. Si bien te puede parecer que con tus acciones logras muy poco, sumada a millones de voluntades y acciones finalmente serán motor de un cambio. Por ejemplo, puedes participar, junto con tus compañeros, con iniciativas como la que te sugerimos en la siguiente actividad.

Comentarios

Publicar un comentario