INTERACCIONES SOCIALES, CULTURALES Y ECONÓMICAS ENTRE LA POBLACIÓN RURAL Y URBANA EN EL MUNDO Y EN MÉXICO

Las interacciones entre el campo y la ciudad siempre han existido. Sólo basta recordar que gran parte de los alimentos que se consumen en las ciudades provienen de áreas rurales, pues en el campo se siembra y se cosecha todo tipo de comestibles que son destinados a abastecer la demanda de alimentos de las ciudades. A la vez, la ciudad provee al campo de maquinaria agrícola, fertilizantes químicos y pesticidas.
Por otra parte, el alto crecimiento demográfico que identifica a las ciudades es consecuencia de la migración del campo a las ciudades, proceso que se conoce como éxodo rural. Las ciudades de los países menos desarrollados son una opción para mejorar las condiciones de vida de amplios sectores de la población. Por ejemplo, el crecimiento económico de los centros urbanos de América Latina permitió absorber gran cantidad de población del campo que emigró a la ciudad, lo que facilitó que en las ciudades crecieran la industria, el comercio y las finanzas. Sin embargo, el acelerado crecimiento demográfico propició aglomeraciones en las ciudades, donde se multiplican los problemas urbanos: contaminación ambiental, tráfico vehicular, falta de servicios urbanos básicos (agua o drenaje), desempleo y violencia, entre otros.
La migración campo-ciudad trae consigo también la interacción cultural. La población rural que llega a la ciudad lleva consigo sus tradiciones, sus creencias y su lengua. Por ello, en la ciudad existen varios grupos que comparten su cultura. A la vez, se han difundido hacia el campo, pautas de comportamiento y valores que antes se identificaban con lo urbano, como la tecnología y los medios de comunicación, además de servicios especializados (hospitales y escuelas) e infraestructura que cada vez se encuentran más fácilmente en áreas rurales. Todo esto tiende a mejorar las condiciones de vida de las áreas rurales.
En la actualidad, en los países más desarrollados las funciones que antes cumplían los poblados rurales se han diversificado, ya no son sólo de explotación agrícola, si no que pueden alojar población de las ciudades, por lo que cumplen funciones residenciales o pueden tener funciones de conservación del paisaje para evitar el deterioro de la naturaleza, por lo cual, los gobiernos decretan parques o áreas naturales protegidas.

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