ANÁLISIS COMPARATIVO DE ALGUNAS ADAPTACIONES EN LA RESPIRACIÓN DE LOS SERES VIVOS

La experiencia y tus conocimientos previos te dicen que cada especie tiene mecanismos particulares que le permiten respirar. Cada una de ellas está adaptada a su ambiente y han desarrollado estructuras eficientes que les permiten vivir en él. En este contenido hablaremos de las adaptaciones de los seres vivos en cuanto a la función de respiración. Ya sabemos que todos los seres vivos respiramos, y lo hacemos de una forma muy similar. Cuando afirmamos esto nos referimos a la respiración celular, pues la mayoría de los organismos tienen células que respiran usando oxígeno que toman del medio. Lo que sí varía considerablemente es la forma en que lo toman y lo transportan a sus células y a las estructuras especializadas en el intercambio de gases con el medio; ambos, estructura y función, conforman lo que se conoce como aparato respiratorio. La historia evolutiva de cada especie es distinta, por lo que sus estructuras respiratorias también lo son.

ESTRUCTURAS DE RESPIRACIÓN EN LAS PLANTAS

Las plantas, tanto acuáticas como terrestres, requieren de oxígeno y liberan dióxido de carbono durante la respiración. En las plantas pluricelulares el aire entra y sale por los estomas que se encuentran en las hojas y por las lenticelas de los tallos y las raíces. Los gases del aire se difunden por toda la planta y las células realizan el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono.

La respiración celular en las plantas es un proceso opuesto al de fotosíntesis, pues en este último la planta capta dióxido de carbono y libera oxígeno, mientras que en la respiración capta oxígeno y desprende dióxido de carbono y agua. Los procesos se pueden representar así:
Fotosíntesis: dióxido de carbono + agua + energía solar > glucosa + oxígeno
Respiración: glucosa + oxígeno > dióxido de carbono + agua + energía

ESTRUCTURAS DE RESPIRACIÓN EN ALGUNOS ANIMALES

Los animales han desarrollado diferentes órganos respiratorios, adaptados al medio donde viven. Al comparar las estructuras de los diversos organismos se puede apreciar estas adaptaciones.
En ciertos organismos muy sencillos, como las esponjas, medusas, y algunos gusanos, el intercambio de gases es simple, se da por difusión directa, pues todas las células que los forman están en contacto con el agua. El oxígeno, que está disuelto en el medio acuático o en la superficie húmeda del animal, entra a todas las células del cuerpo. Este tipo de respiración es imposible en animales de estructura más compleja, pues no todas las células se comunican directamente con la fuente de oxígeno.
La respiración por branquias es la más común en animales acuáticos como moluscos, crustáceos y peces. Las branquias son estructuras con aspecto de pluma, muy plisadas, lo que permite obtener una gran superficie de contacto con el agua para el intercambio de gases. Esto es muy importante pues la cantidad de oxígeno en el agua es menor que la del aire. Los movimientos del cuerpo del animal y de las mismas branquias empujan el agua haciéndola correr contra la superficie de éstas, donde se realiza el intercambio de gases.
Algunos organismos terrestres que viven en ambientes muy húmedos, como es el caso de la lombriz de tierra y la sanguijuela tienen respiración cutánea, es decir que el intercambio de gases se lleva a cabo a través de la piel, y luego el oxígeno se difunde por todas las células del cuerpo.

En los artrópodos (insectos, miriápodos, arácnidos y crustáceos) las estructuras respiratorias evolucionaron a la par que la dura e impermeable armadura externa que los cubre. Los insectos y los miriápodos desarrollaron espiráculos, que son pequeños orificios que se unen a las tráqueas, una red de tubos que se ramifican en el cuerpo del animal. La hemolinfa es el líquido interno que recoge el oxígeno y lo lleva a todas las células del cuerpo. Los arácnidos (arañas y alacranes) tuvieron una evolución diferente, y en lugar de tráqueas presentan una estructura que se parece a las hojas de un libro, en las que se intercambia el oxígeno con el aire.

Los pulmones son estructuras respiratorias complejas, altamente especializadas en intercambiar gases entre el aire y la sangre. Los mamíferos, incluso los acuáticos como las ballenas, delfines, manatíes, lobos marinos y focas, tiene respiración pulmonar, al igual que los anfibios, los reptiles y las aves.
Los anfibios, como las ranas, sapos y salamandras, realizan parte del intercambio gaseoso con el medio a través de la piel, que es sumamente delgada, lisa y siempre está húmeda, gracias a la actividad de numerosas glándulas que secretan moco —por eso es que son viscosos y resbaladizos—. Por su tamaño y estructura el oxígeno captado por la piel no es suficiente, y presentan también branquias y pulmones dependiendo de su estado de desarrollo. En casi todos los anfibios, el ciclo de vida es de dos fases: larvaria y adulta. La larva vive en el agua y aprovecha el oxígeno disuelto en ella a través de branquias, semejantes a las de los peces. Al llegar a la madurez las pierden y desarrollan pulmones que llenan de aire bombeándolo por la boca y empujándolo hacia los pulmones.
Los pulmones de los reptiles (tortugas, serpientes, lagartos, iguanas, etc.) son muy diversos en comparación con los de otros vertebrados. En los lagartos, iguanas y cocodrilos, los pulmones están formados por una cámara central de la que salen una serie cámaras más chicas, lo que le da apariencia de un panal. En algunas especies, las estructuras respiratorias poseen adaptaciones específicas. Por ejemplo, en las tortugas acuáticas, por ejemplo, hay membranas mucosas al costado de la boca, que son capaces de extraer el oxígeno del agua, y en las serpientes, el pulmón derecho es alargado y el izquierdo es muy pequeño o está ausente.

Las aves tienen pulmones pequeños que se comunican con nueve sacos de aire lo que permite que el flujo de aire sea en una sola dirección con lo que continuamente pasa aire oxigenado. Esto hace que las aves sean mucho más eficientes en la obtención del oxígeno que requieren para poder volar. Esta adaptación es muy importante para algunas aves que vuelan a alturas tales en las que el aire contiene menos oxígeno.

Los mamíferos marinos tienen pulmones y se adaptaron para poder estar sumergidos largo tiempo y desarrollaron dos características más: los sirénidos, como los manatíes, poseen membranas que cierran sus orificios nasales cuando están sumergidos, mientras que los cetáceos, como las ballenas y los delfines, tienen uno o dos orificios nasales, llamados también espiráculos, que están ubicados en la zona dorsal por donde toman el aire. Otra característica común a los dos grupos es el aumento de la superficie de contacto de los alveolos, lo que les permite un mayor intercambio de gases y la captura de oxígeno hacia la sangre.
Las diversas estructuras y funciones respiratorias que hemos visto son producto de la evolución, y todas ellas permiten al ser vivo adaptarse al ambiente en el que habita.
Debes tener en cuenta que las estrategias para vivir en un ambiente determinado y las características seleccionadas durante la evolución no siempre son las mismas entre las especies de una comunidad. Por ejemplo, los delfines y los tiburones comparten espacios, y ambos son exitosos en el ambiente marino, sin embargo, sus estructuras respiratorias son muy diferentes. Los tiburones son peces, e intercambian gases disueltos en el agua a través de las branquias, mientras que los delfines son mamíferos y poseen pulmones, intercambian gases con el aire que toman a través de los espiráculos. Entonces, a pesar de que ambas especies son aptas para vivir en un ambiente acuático, sus estructuras son diferentes.
El registro fósil permite explicar que evolucionamos a partir de un ancestro común y que las líneas evolutivas de muchas especies, como las del ejemplo de la siguiente actividad, se separaron hace muchísimo tiempo y han seguido rutas evolutivas muy distintas.

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