LA EROSIÓN COMO PROCESO QUE MODIFICA EL RELIEVE POR ACCIÓN DEL VIENTO, AGUA Y HIELO

Las dinámicas del agua, viento y hielo son procesos externos que modifican las formas de relieve originales y les dan la estructura con la que las conocemos. Estos procesos implican desgaste, transportación y acumulación de materiales rocosos; por ejemplo, el paso del agua de los ríos crea paisajes como los valles. El constante oleaje del mar en las costas golpea las rocas más resistentes provocando acantilados, lleva los fragmentos de roca que se desprenden y los deposita en forma de arena, formando playas.
El agua en su estado sólido de hielo presenta una forma diferente de erosionar la roca.
Generalmente, el agua, al congelarse y descongelarse, genera desgaste y fragmentación de la roca donde se deposita y con la cual está en contacto físico, favoreciendo con esto que el material rocoso se debilite y se fracture.
Por otra parte, cuando por efecto de la gravedad se desplazan las grandes masas de hielo, se llevan a su paso enormes porciones de rocas, lo cual provoca también la erosión del suelo y la formación de fiordos en la costa.
Asimismo, el paso del viento, en su trayectoria, desgasta las formaciones montañosas y, al igual que el agua, se lleva el material en pequeñas partículas. Cuanto más pequeñas son éstas, más lejos las transporta, llevándolas hasta lugares cercanos o remotos, donde las deposita y, al cabo de varios siglos, se da lugar a otros relieves

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